Los inmuebles son la alternativa más
atractiva ya que en 2013 se revalorizaron un 10% por encima de las estimaciones
de inflación para el mismo período.
Cada peso invertido en inmuebles en 2002, se convirtió a enero de 2014 en aproximadamente 15 pesos, más del doble del rendimiento de los dólares, y tres veces más que la inversión en plazos fijos. En el largo plazo el precio de los inmuebles crece en períodos inflacionarios y devaluatorios, sin embargo se acomoda a una velocidad menor que los movimientos de la economía. En períodos de alta devaluación o inflación resulta una oportunidad adquirir inmuebles antes de que se efectivice el ajuste de los precios en dólares, que hoy se encuentra un 20% por debajo a los valores de los años anteriores.
La moneda norteamericana es el refugio más
clásico a la hora de salvaguardar ahorros. Los vaivenes de las políticas
económicas de los últimos 30 años han consolidado esta posición. Si se toman los datos de la última década,
el dólar informal muestra un rendimiento 50% mayor al de los plazos fijos. Por cada peso invertido en moneda extranjera,
desde el año 2002, hoy se tienen casi 8 pesos, mientras que si se hace el mismo
ejercicio para los plazos fijos, no se alcanzan los 5 pesos. El rendimiento de la moneda extranjera, que
supera al 700% en pesos, se mantiene alejado del incremento del precio de los
inmuebles, cuya rentabilidad supera el 1.500% en el mismo período.
Las tasas reales de interés
de los plazos fijos fueron negativas durante el año 2013, ya que los valores
nominales no lograron superar el incremento en los precios de la economía. Aunque
en el mes de enero las tasas aumentaron significativamente (superaron el 25%),
aun no logran captar el flujo de capitales que tradicionalmente se destinaba a
la inversión en moneda extranjera.
En definitiva, la inversión en inmuebles es la más atractiva
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