La inversión en inmuebles continúa siendo una de las alternativas más atractivas para el inversor local. Sin embargo, deben tenerse en cuenta algunas consideraciones para sacar mejor provecho del mercado.
Inversión inicial: la inversión en inmuebles requiere de montos o sumas
de dinero mínimas que se encuentran entre el 30 y el 50 por ciento según la
opción. En general son más elevadas que las opciones financieras bancarias y
bursátiles tradicionales
Baja liquidez: la inversión en inmuebles por lo general requiere la
inmovilidad del capital invertido por un plazo determinado. Este período es
variable según las condiciones del mercado y el tipo de bien, pero nunca
inmediato.
Costos de entrada y salida de la
inversión: en
la opción inmobiliaria, no deben ser dejados de lado el pago de comisiones,
sellados de contratos, gastos notariales y de impuestos, que según el caso
incrementan entre un 6 y un 10% los costos directos de ingreso al negocio.
Inversión conveniente: la seguridad y el bajo riesgo de la inversión
inmobiliaria, presenta como contrapartida su iliquidez y sus barreras de
entrada y salida.
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